¿Cuantas veces nos arrodillamos
Pidiendo paz a nuestro Dios?
¿Cuantas veces el nos ha levantado
De entre las lagrimas y dolor?
Ahora te toca a ti, hermano mio
Soplar aquellos suspiros que salen
De tu corazón para el señor.
Ahora te toca a ti., hermano mio
Ayudar al prójimo con su sufrimiento
Y devoción.
Que no se apagara el cielo
Porque en el esta nuestra
Salvación.
No se rendirán los justos
Porque de esta batalla saldrán
Mas que vencedor.
Manuel Altez.