Desperté de un largo sueño, entre risas y deseos, fue una noche mágica de misterioso revuelo, de delicados colores que abrazan el más sublime recuerdo, de cuentos de hadas que abrigan un cálido encuentro, el retorno de una infancia protegida con recelo…
Entre mis manos una lámpara que me concedía tres deseos, solo tenía que frotarla para que apareciese un fantástico genio, mi mente fascinada despertaba mi inocencia, aquel genio me miraba en sus ojos la impaciencia, de conceder tres deseos tras una larga espera, sumiso en aquella lámpara, en la cual moraba presa, pues se trataba de una bella dama, reflejo de mi conciencia…
No hicieron falta palabras, solo una dulce mirada y de repente desapareció se llevo con ella esa radiante lámpara, concediendo los deseos que mi ser albergaba, que mi corazón sea un volcán y su lava corra por mis venas, que mis ojos sean destellos como luces de ilusión y mis palabras el eco que cobijan la pasión…
Al amanecer brillante estaba el alba… en mis pupilas el centelleo de aquella bella dama, en mi conciencia el deseo de aquellas miradas, aunque solo fuese un sueño, esa noche me visito EL GENIO DE AQUELLA LÁMPARA…