Cinco mil pasos hacia ti
Reviso mi pecho,
el lado izquierdo de mi pecho,
y descubro olvidados tus pasos
caminados conmigo,
mientras hacías equilibrio
por la orilla de aquel boulevard.
Y entonces se vuelven nuestros,
nuestros pasos,
guardados en el cristal del tiempo
que se resiste a su pulso.
Dibujo tu rostro en el aire…
y me enamoro del aire.
Reviso mi pecho,
el lado derecho de mi pecho,
y encuentro tu beso
resbalando como gota en paraguas
que esconde dos cuerpos
de los faros indiscretos de los coches.
Recuerdo tu cuerpo en mis brazos,
y acaricio el espacio,
dando a la brisa nocturna
el valor de tu aliento...
Y duermo.
Entonces duermo.
Z. Gómez.