Hay una flor primorosa
Que en mi interior ha crecido;
Y aunque tiene un tallo erguido,
Es humilde y no orgullosa;
Limpia flor hecha de tul,
Por lo tersa y por ligera,
Clara luz de primavera
Que se escapó de lo azul;
Nívea flor encantada
Con brillante ave canora,
Esa fuerza inspiradora
Que es luminosa alborada;
Es cual pájaro de fuego
Quetzalcóatl que se encumbra,
Fuerza interna que deslumbra
Con un canto que es cual juego
Mis poetas, mis hermanos,
Que sus cánticos elevan
Y con gozo se sublevan
A los tratos inhumanos
Llenen de fuerza sus cantos
Con la pureza de su alma;
Con un espíritu en calma
Sosieguen tantos quebrantos…