Ávila, 28 de Julio de 2001
¡Si hablaras!, escucharía el eco de tu voz
Desde la efímera y distante lejanía,
soñaría con el sonido de las sílabas,
que de tus cuerdas vocales emanan,
pensaría en la resonancia, de tu voz,
en las paredes de la materia gris,
Y tus labios adornarían las palabras
en los pabellones de mis oídos.
Tus ojos glaucos me harían navegar
por la mar de mi imaginación,
y por tus venas navegaría,
hasta llegar a tu corazón,
donde embadurnaría mis labios,
con tu roja sangre, que degustaría,
como un catador de vinos,
que bebería como el de mayor categoría,
De ti con todo me quedaría,
de tu corazón la sangre embotellaría
para llenar mi bodega, que está en mi alma
tu voz, mis oídos empiezan a echar de menos
Que se agudizan con el ruido de otras gentes.
Tu presencia mis ojos empieza a echar de menos
Y se entristecen, humedeciéndose y enojándose
De dolor por tu partida.