Morir de amor es sueño,
es romántica utopía.
Julieta murió de su mano,
Romeo se envenenaría.
A Tristán lo hirió una espada,
Isolda ayunando caería.
¿Y la niña de Guatemala?
solo nuestro Martí lo sabría
¿Podría vivir sin ti?
por supuesto, ¡qué ironía!
Mas no quiero esa vida,
de caracola vacía.
Eres mi complemento,
das sentido a mis días,
haces merecer la pena,
cada instante, si me miras.
Tu risa espanta mi llanto,
tus besos mi mohína.
Y si me dices “te amo”,
enloquezco de alegría
¿Lograría estar sin ti?
es cierto, ¡que herejía!
Solo sorbiendo el aire,
cien años subsistiría.
Sería un siglo bien vano,
sin tu faro que me guía,
marcándome el camino,
de la euforia, de la dicha.
Nadie muere de amor,
es una verdad sabida,
te asesinan el tedio
o la cruel melancolía