Coty

El Viento y Yo

                                                                                               

__”¿Cómo te llamas?”, pregunté.

__”Viento”, respondió.

Y con una brisa ligera me saludó

refrescando mis pasos...

y susurrando a mi oído

palabras y versos

 con tintes de ocaso.

Me tocó levemente

y me pareció caricia,

luego, noté con sonrojo

que podía, si quería,

traspasar mi camisa.

 Confusión… sensaciones...

a veces, fresca brisa...

y un poco más audaz,

con movimiento tenaz,

me alborotaba el cabello

y recorría mi piel

dejando suaves aromas...

azahares...néctares...miel.

Sin duda era bello…

Y me acostumbré a él.

Le dije, _“Cuéntame historias”.

Y cada día…

a veces canto, otras gemido,

me transportaba por las épocas

que había vivido...

y dibujaba los caminos

que había recorrido.

Y mientras me cantaba,

mecía las hojas

y hacía girar los molinos

 o ayudaba a un pajarillo

a alzar su raudo vuelo.

A veces juguetón,

a veces constante,

 como cuando empujaba veleros

 por un mar alucinante.

Otras veces, malhumorado,

feroz y atemorizante,

anunciaba tormentas,

vaticinaba peligro,

pero siempre estaba en guardia

dispuesto al sacrificio

y llevaba esperanza

como si fuera su oficio.

 A veces llegaba,

 con tal movimiento,

que me hacía tambalear

y me quitaba el aliento.

Y al menor descuido,

en medio del ímpetu,

 levantaba mi falda

 y me recorría toda...

audaz, posesivo.

 Me enamoré de él.

Y le dije, _“Creo que puedo amarte”.

Mas él, en el acto, se quedó estático

y con austeridad y enfático,

en un eco, respondió potente.

_\"No me ames” en tono seco, declaró.

_\"Soy Viento,

soy libre…

vago en soledad por el firmamento.

Nada puede asirme.

Nada me contiene.

Vengo y voy sin detenerme\".

Y quise comprobarlo.

Me lancé hacia él ... quise abrazarlo.

Pero se escurrió entre mis brazos,

 se deslizó entre mis dedos

y tarde comprendí,

qué él era su propio dueño.

Y me quedé así,

observando su silueta.

Sé que habita en medio de todo,

llenando los espacios

con su  invisible presencia

en este loco planeta.

Y no debo amarlo,

aunque crea merecerlo.

Es Viento…

es libertad y movimiento.

_¨\"Es imposible\", concluyo

para mis adentros.

 Lo veo alejarse,

acompañando a los pájaros

en un grácil vuelo.

Y lo dejo ir...

Y no lo retengo.