HERMINSON YULE RIASCOS

A REGAÑADIENTES

Varado está el tiempo,-carro de las horas-

perdió la dirección a su nombre

que está hecho de plumas y olores mil

a diferentes recuerdos.

Se me ha hecho una laguna de segundos

y suyos -de ella que los molía en las piernas-.

Busqué cerrar el punto de huída de esos instantes

de su oleaje llenos, de todo su piélago

y su sal en mi, pero no pude,

cientos de segundos adheridos a su boca

bramaban como besos sacados de la mágica

agua de mis ánsias y cual si fueran

peces moribundos anhelaban

el aire que sus labios me daban.

Varado está el tiempo,

perdido en su piélago

lleno de buques y gaviotas.

pero ya no viajo en ellos,

no alimento su sueño,

y su nombre aún se desploma

en mi silencio.

Me dí cuenta a regañadientes

que el tiempo que no hayo,

lo utilizo pensando

gratamente en ella,

que ya no le da risa

a mi alegría

ni decora mi mundo

con su presencia.