Para tí
Siento caer los segundos,
en mi reloj interior,
ochenta y seis mil almas sucumben,
en cada puesta de sol.
Las voy velando impaciente,
mientras te aguardo mi amor,
suspiro cuando las sepultan,
paciencia y resignación.
Veinticuatro horas transitan,
con una parsimonia atroz,
si se espera con ansias
o deseos sin control.
Once mil pulsaciones,
otro día que murió,
abarrotando de cruces,
esta cruel separación.
Aseguro, no hay mejor prueba,
para confirmar la pasión,
que alejar a los amantes,
sin esperanzas de unión.