Pedro Elias

Vive



VIVE

Sonríe, en tu eterno jardín desolado 

Baila, con la cadenciosa brisa de la soledad

Sueña, despierta en noche de luna nueva 

Juega, como niña traviesa en el bosque 

Llora, en mañanas, tardes y noches de ausencia paternal

Salta, de estrella en estrella hacia la desconocida felicidad 

Mira, con los ojos cerrados toda la verdad

Canta, arias mágicas de doncellas entregadas a los placeres del vino

Pero siempre, 

Siente, la alegría incomparable de las hienas satisfechas...