VIVE
Sonríe, en tu eterno jardín desolado
Baila, con la cadenciosa brisa de la soledad
Sueña, despierta en noche de luna nueva
Juega, como niña traviesa en el bosque
Llora, en mañanas, tardes y noches de ausencia paternal
Salta, de estrella en estrella hacia la desconocida felicidad
Mira, con los ojos cerrados toda la verdad
Canta, arias mágicas de doncellas entregadas a los placeres del vino
Pero siempre,
Siente, la alegría incomparable de las hienas satisfechas...