El Principe Azul apuesto por el bosque cabalgaba
mientras la bella doncella sobre su cama roncaba
largos y rubios cabellos sus pechos balanceaban.
El apuesto caballero detuvo presto el caballo
prendado de su belleza la miraba de soslayo
acercóse y al miralla no se pudo controlar
inclinándose, y ansioso quiso su boca besar
al instante la doncella paró su dulce roncar.
el beso duró tres dias,¡oh! que dulce despertar.
El Principe enamorado agarró su celular
Y a los nobles del Castillo envióles un Wasap.
Del casorio los preparos comenzad sin dilación
y acabad con los rumores de que yo era maricón.
Cierto,en la noche de boda,mas que Príncipe era un ciclón
y la doncella gozaba llena de stisfacción.
Por la mañana advirtióle que el Castillo le gustaba
pero que de inmediato cambiara, toda la decoración
no fué su único capricho,todo lo quiso cambiar
desde la hora de diana a la de desayunar
pues gustaba en demasiado el descansar y roncar.
Confusos y sorprendidos eran los nobles vasallos
porque también les prohibió que montaran a caballo
pues ruidosas armaduras sus bodoques y las flechas
le impedian a la princesa echarse una buena siesta.
Enpezó a deteriorarse del Principe la paciencia
que son cosas que suceden con la mutua convivencia.
sucedió que el Principito una noche en un festín
le echó en su copa de vino pildoras Trankimazín´
que el dia antes le habia dado el mismo Mago Merlín.
Llevóla en su cabalgar suave y dulce cual la noche
Para la depositar en la cama de su bosque,donde comenzó a roncar.
Y según aseguraban las leyendas y romances
volvió el Principe a esposar sin pensar mucho los trances.
Pero esta vez escogió moza del pueblo robusta
quizás no fuera tan bella,pero mucho mas sencilla
Y los Nobles y soldados brindaron sin cara adusta
con vino tinto,champán y copas de manzanilla.
Y aquí termina el romance que narré pacientemente
del noble Príncipe Azul y de la Bella Durmiente.
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