Baja la voz
Con un puñado entre mis dedos
creyéndole a la luz de las semillas
algún día, decían, solo sueños
después su voz, dejo de ser mía.
Bajan las voces a veces de día
pero aquellas noches de su olor
aquellas que yo quería
anegándose las mismas su dolor
no llegó a florecer
ni a dar un poco de si en esta vida.
Bajan las voces de día
cuando más quisiera escucharlas
bajan la voz…
de noche en aquella soledad
cuando no se necesitan
hacen divagar en olas
en alas, en horas en desvelo.
Fue un puñado entre los dedos
de aquellas promesas en semillas
sin flores, sin frutos
mala vida.
Jorge G Sifuentes
14 sep 13