Brillante
antes, después, ahora,
vienes desde un tiempo breve
revoloteando indiferencias
y yo aquí suave
sin relojes ni esperanzas.
Te he visto nacer
rencores a la espera
y sin embargo hoy te mueres,
no se quien eres
amor de papel,
satinado
apenas manchado de letras.
Silenciosos renglones nos separan
del mundo de irrealidades
que antes era nuestro,
se marcha,
la vida se nos calla
en el ruido de los otros...
Olvídalo todo,
no vale la pena,
porque cuando vuelvas
labios rojos y celeste bandera
yo seré casi nada, nadie,
manos,
solo un racimo de uvas frescas,
una bocina distorcionada,
gente mañana
opaca bajo el sol de siempre
o seré tal vez
para ti
una simple y vieja
pasarela.