Unos ojos neutros sin dolor vertidos
al inicio de incendio de un cuerpo que siente
buscan encontrar la esencia de un alma
que en flamas descubre, inicio en epicentro
la canción del himno, del emblema suena…
las aves en vuelo como dos cascadas
que emanan sabores, erosión de eros
en varios abismos que los pliegues yertos
poseen cual dorsos unidos al vívido rosal…
se juntan en tirada y lance se atrapa,
la cintura posee, elevase poto,
resbalan cascadas, se encuentran llanuras,
descienden laderas, se besan consuelos
de crisálida en capullo que enhiesto
él incita al ser descubierto en su viva rosa,
aceptase del verbo todo espumarajo…
la hecatombe es fuerte, sobrevive la barca
al temblar el casco pasa por la proa
e incluye la popa del navío en cuerpo
que se haya encallado a merced del verbo
que se mece altivo en cielo sublime
para abordar la nave que espera atrapada…
sin otra parada hasta reventar a eros
como en días pasados antes de su ausencia.
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