Un bocado de tu pensamiento
es tan delicioso y dulce
que logra volverme a la vida.
Es como la briza del océano
que recorre tu rostro y lo
acaricia inundándolo de
melodiosos sonidos.
Es como la lluvia que
tantas veces recorrió tu
cuerpo y el mío y se quedó
con nosotros y jamás se regresó.
y aún con el paso del tiempo
su aroma sigue siendo el mismo.