Sin ti, soy el dueño de la nada
Soy el altivo dueño,
de la rosa y sus primores,
de la brisa que me besa,
de la alborada
y sus nuevos tonos,
del arco iris
y sus siete colores.
Soy amigo de la risa,
de la canción,
hermano consanguíneo
de las letras,
amante de la poesía,
eterno enamorado de la copla
y su rima.
Soy ave solitaria,
que de noche contento
alza el vuelo
y de tú a tú,
habla con las cándidas estrellas
y me cuentan sus secretos.
Soy aquel,
que se siente sobre la arena de la mar
y en silencio le habla,
de viejos amores,
mientras me cubre su eterno salitre,
y me duermo entre el ruido de las olas
y sus marinos olores.
Soy eterno enamorado de la serenata del río,
que con su melodía me enternezco
y vuelves a adueñarte de mis memorias,
despierto de mi embeleso,
y me siento el dueño de nada,
porque no estas contigo.