(canción)
Le reconocí en la tolerancia
en los vicios del torbellino
en la voz de una taberna
que nos saludó.
Fui quitándome los miedos
y sus labios me hacían señas
Esa noche negra y sin luna
sonó nuestra canción.
Había un eco en mi solapa
y una mancha gris de pasado
cada uno desde su esquina
se preparó.
Y me escurrí como el agua
entre la suerte y el laberinto
bajo la clave de sol agazapada
en un amor casi marchito
Y la besé…
No fue mucho pero la besé.
En un rincón nos hallamos
y un horario nos separaba
“debo irme en un rato” –me dijo.
Y al rato se fue.
Lo que no es perfecto es hermoso
mientras dure lo correcto
la llamaría, pero su teléfono
nunca me lo dio.
Y me perdí en los bochornos
de una lágrima sincopada
así como mueren los poetas
una noche es más que suficiente.
Y la bese…
fue hace mucho pero la besé.
Blas Roa