Tócame, si quieres
hazlo suave o hazlo fuerte,
pero tócame.
Déjame sentir tu mano
como agua por la fuente,
cuando desea que
la refresque todo
lo que el sol la ha calentado.
Pon tu mano sobre mi piel,
y acariciame con tus suspiros,
hazme sentir que tu mano es todo,
y que el mundo entero se acaba
si dejo de sentir sobre mi tus dedos.
Quiero experimentar lo que
es no sentir el cuerpo,
cuando mezcla tanta pasión
con un toque sereno de miel,
tal como hace el acero caliente
cuando el agua calma su arder.
Si quieres bésame, apriétame, ámame,
pero por favor, tócame.
Derechos Reservados de Héctor Lespier