Sentí la nostalgia de mi Neiva
al embarcarme en mi humilde canoa
convertido en un Ente de la proa
respiraba el aroma de la ceiba.
En el Desierto de la Tatacoa
Me dió la bienvenida un danzante
Me internó en el Museo de los Amantes
y Me entregó la magia de la Coa.
Como nuevo Mensajero visitante
conversé con Nifas Petrificadas,
Divas caprichosas Fosilizadas
y, rostros cristalinos de amantes.
Al despedirme de ese eterno instante
Mi interlocutor un Granito de Arena
escucho los detalles de mis penas
y Me dijo: \" Los Poetas versan de Ellas,
a pesar de que el tiempo las resella
la disuelve el Rio Magdalena.
Claudio