De mi trabajo duermo rumbo a casa,
a mi amada la siento a mi costado,
oprime en mí su cuerpo enamorado.
Ceñida en mí el tiempo ligero pasa.
Despierto feliz de la gloria banal,
concluyendo el sueño, la realidad
me espera; amor de la divinidad
el beso mas dulce del mejor panal.
La alegría en su rostro es angelical
me abraza y tengo todo los laureles.
Todo olvido, el trabajo y los papeles.
En transparencia es niña de cristal,
brilla su semblante alegre y afable.
Vivir con ella la vida es amable.
El señor de los fierros
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Eres divina angelical, esencia creada para estar a mi lado dándome amor y presencia…