La noche, amiga eterna de la soledad y guardiana de mis infinitas remembranzas, que vieron al nacer el brillo de la luna que ahora se refleja en tu mirada, me ha llenado con su magia de fantasías ocultas y sueños imperecederos…
Con placer te contaré el consuelo eterno que me brinda tu imagen esculpida en mi alma, compañera y amiga en mi frecuente navegar por el océano del mundo, presta pues oído atento a mis palabras que dedico para ti…
He visto a las nubes, mis amigas entrañables, vestirse de vivos colores y matices diversos a la caída del sol para luego cubrirse con los mantos de la penumbra primaveral, perdidas y sin rumbo, arrastradas a las confines del horizonte por las tenues y acariciadoras brisas; yo cierro mis ojos y sonrio al pensar que tu amor se rige por las mismas leyes inmutables...
Esta tarde he visto a los niños correr en todas direcciones, cual si fuesen golondrinas elevando el vuelo a los cuatro vientos, ebrios de luz y alegrías inextinguibles, cantando y charlando, creando bullicios perpetuos con sus voces perdiéndose en remolinos fugaces y efímeros; exhalan alegría con cada respirar… igual que tu.
Hoy vi gente ir y venir, envueltos en sus propios pesares o alegrías, bajo el cielo oscuro, rasgado por las obsidianas, he visto a la ciudad iluminarse en cada rumbo… lento, mesurado se diluye el tiempo al volar mis pensamientos cual cometas en verano…mis labios se estremecen ante el umbral del recuerdo de tus besos y se proyectan ante mi tus ojos que anhelantes me sonrien...
Ahora, en la soledad de mi hogar, inhalo los aromas del jardin y los comparo con tus cabellos, reproduzco tu risa en mi memoria, acaricio levemente las flores comparandolas con tus labios y brotan palabras amorosas de mi alma; tu recuerdo es agua fresca que brota incesantemente, es hogera inextinguible en esta noche de hastio, dulce sueno atenueado con mieles de realidad... mientras que el reflejo de la luna entre por mi ventana…tu recuerdo llevare por donde vaya.
En mi hogar, frente a la luna y la ciudad… tu evoación es mi mejor compañía.
Jairo De la Cruz Torres