Abro los ojos y puedo verte,
agradezco infinitamente poder tenerte,
me siento increiblemente feliz.
Me quedo mirándote; aún duermes,
y sólo pienso en besar tus ojos,
tus manos, acariciar tu cabello, tocar tu espalda.
Tengo ganas de buscarte nuevamente
para que otra vez me hagas tuya.
Bendita sean tus manos, tu boca, tus ojos
y tu hermosa sonrisa,
Bendita sean las sensaciones que provocas en mi cuerpo,
benditas las ganas que me provocas de tì.
Y es que me he hecho adicta a tì,
al olor de tu piel,
a tus ojos que cuando me miran me iluminan,
a esos abrazos que al abrazarme me confirman
que no hay mejor lugar donde me sienta mas segura.
el mejor lugar para permanecer, siempre envuelta en tus brazos.
Te has convertido en una verdadera enfermedad
de la cual no creo que alguna vez encuentre cura.