Por esas calles caminamos de la mano,
flotaba un halo a tu mirada que convertía el pié en ala
y se llenaba el pulmón de tu fragancia.
De tu boca nacian luces que animaban sicodélicas
las sombras para hacerte irreal.
Yo, parecía una gigantesca red que aparaba
tus sonrisas para alegrarme el alma,
para saciar de libertad la cadena de tu beso,
y soldar tus labios a los mios.
Por esas calles, juntamos grillos y los dimos a la noche,
juntamos cocuyos y los dimos a la noche,
juntamos caricias y las dimos al recuerdo,
juntamos alegrias y las dimos al dolor.
Tienen éstas horas un cansancio aterrador,
ya no corren, ya no pasan,
ya no se van distantes de la tristeza,
ahora van quedas, muy quedas,
nadando en ausencia,
ahogando los pocos dias en el mar inmenso de la soledad.
Por esas calles voy recogiendo cuanto abandonamos
porque nos sobraba, porque lo teníamos de más,
porque no hacía falta, o sencillamente porque fuimos
tan ricos que lo usamos y lo abandonamos.
Hoy recorro las calles en busca de tu mano,
tus ojos, tu fragancia y las luces que nacían de tu sonrisa,
de los besos, y con los grillos y cocuyos, paso las noches
hablando de ti, no amanece, un sol de sombras
llena mi pena, y por estas calles
voy como sombra entre sombras.