Hay niños que vienen de Paris, otros tantos, vienen con un pájaro grande, desgarbado, al que llaman cigüeña, vienen escondiditos entre los nudos bien hechos, de una enorme sabana blanca…
Pero hay otros, los menos… Son muy especiales, puesto que sólo se presentan de madrugada, al alba, son los luceros…
Me preguntas por que son especiales… Pues voy a intentar describirlos para que me entiendas…
Tienen los ojos muy grandes, redondos y del color del bosque en otoño, ese color que solo saben hacer las hadas mágicas, las que hacen la magia roja de los amaneceres de septiembre...
Son diferentes, por que aunque su cuerpo crece, por dentro siempre son pequeños, y se visten con trajes de hada… A veces...
Saben mirar a las estrellas y estremecerse, escuchar a la paloma, la que se equivocaba, y seguirla en su vuelo sin rumbo, sin decirle nada…
Se nutren de las primeras luces, por eso su sonrisa es eterna, y cuando lloran, son el rocío de la mañana...
Lloran las penas de los demás, pero también las risas...
Pero tu ya sabés quien es uno de ellos...
Tu... Mi amor, lo supe en cuanto te ví...
Que aunque no estuviera a tu lado, nunca estaríamos separados... Solo tengo que acercarme por la mañana tempranito y enjugar las lágrimas de las flores de mi ventana, para saber que en realidad estoy acariando tu mejilla...
Para mi niña lo que mas quiero...