Déjame abierta tu ventana, La brisa del mar, Es ahora una escalera para las flores. El velo de la tarde, se hizo de aurora Y sobre su piel, te he dibujado mil pecas doradas, Una diadema de pulsares infantes. Déjame volar hasta tus ojos, Hoy deseo ahogar la Luna en sus aguas verdes. Déjame jugar sobre tu boca , Cuando sonríes, Me recuerdas a las rosas despertando, Peinando sus pétalos granados, Con hileras de nacarado rocío fresco. Déjame morir en la telaraña de tu piel, Ver crecer las raíces de mis dedos en tu cuerpo. Te conozco desde hace solo un latido, Pero me parecen diez vidas seguidas. Te conozco, desde hace tan solo, un beso Y ya sueño con volver a morirme en otro. Déjame acariciarte, Hoy mi tacto es de poeta, de paloma enamorada. Te conozco, desde hace solo una vida Y aún tu piel , me parece de agua, Permanecen las estelas que mi amor va dejando, Como quillas de una eterna caricia sin rumbo. Déjame morir recitando tu nombre Déjame con el paladar dulce y sediento Con todas las asfixias del silencio en nuestros labios (besándose) Que hasta la palabra, se quede sin aire Que el pensamiento alcance los cometas del firmamento Traspase todos los Soles iluminados del universo No necesito más luz que la de tu presencia Más tormenta que la que se alimenta de mi pecho Más poema, que el que me dejas en los sentidos En el recuerdo …. Cuando te sueño o cuando despierto