FERNANDO CARDONA

El corrido de Pepito

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El corrido de Pepito

 

Pepito era un pilluelo

Que a todos hacia daños

Pues vivía de los sembrados

De todito el vecindario.

 

El nunca trabajó en nada

Roncaba hasta el medio día,

Y cuando el sol se ocultaba

Hacía sus fechorías,

 

Con un costal en la mano

Se iba a las fincas ajenas,

Después bajaba cargado

Con sus talegas muy llenas.

 

A veces muy atrevido

No esperaba a que las sombras

Lo libraran de ser visto,

No le  importó la deshonra.

 

El braviaba a las mujeres

Que le gritaban no robe,

Trabaje como los hombres,

Gánate lo que te comes.

 

La gente se lo advertía:

Respete lo que es ajeno,

Porque siempre en esta vida

Lo ajeno pal dueño es bueno.

 

Pero lo que otros sembraban

Pepito  seguía cogiendo,

Muchas pelas le pegaban

Pero el seguía delinquiendo.

 

La última noche de vida

Que le quedaba a Pepito

Alguien lo tenía en la mira

Y en la orilla del camino

 

Mordiendo el polvo moría

Bajo la luz de un lucero

Que al titilar le decía

Lo ajeno pal dueño es bueno

 

FERNANDOELGRANDE

 

Reg. Der. De autor

14-10-2009