El alba ha despertado con albinos albores.
Luminarias celestes alumbra luminosa.
Su luz de azules cielos ilumina fulgores,
refulgentes destellos y claridades rosa.
La noche marchó triste con oscuras tristezas
por nocturnos caminos de opacas veladuras.
Se ocultó entristecida, velando sus flaquezas,
hacia lejanos mares en largas singladuras.
Mis ojos absorbieron con ávidas miradas
la luz recién nacida, de las sombras surgida.
Y en el brillo flamante de sus llamas aladas
hallaron fortaleza: ¡Era esplendor de vida!
Surgía un nuevo día de tonos restallantes,
de ignotas aventuras e incógnitas promesas.
Se imponía apurarlo con ansias palpitantes:
¡La vida huye volando cual etéreas pavesas!
Y este instante inconstante que retener intento
ha tiempo que esfumóse en perdidos pasados.
¡El ahora no existe! Con triste sentimiento
filósofos y poetas lo afirman desolados.