ALICIA SANTI

¡MI SERPENTARIO QUERIDO!

He llegado muy contenta

a mi “querida oficina”,

me he vestido  y arreglado

para sentirme “divina”.

 

Llegué con todas las ganas

de hacer todo con paciencia,

y terminar lo pendiente

luego de larga licencia,

que cumplí casi obligada

por mi arritmia y otros males,

y debí quedarme en casa

para estar más controlada.

 

Mi voluntad y mis ganas

pronto quedaron truncadas,

al ver todas las pupilas

que en mí estaban clavadas.

 

¡Dios te salve amig@  mía!

¡qué silencio temerario!

trabajar en el estado...

se parece a un serpentario.

 

Que las boas me perdonen

por esta comparación,

pues el animal no ataca

porque sí... o sin razón.

 

Pero estas cucarachas

viven mirando al vecino,

cuchicheando por lo bajo

y ni pensar de hacer amigos.

 

Solo esperan en tu ausencia

poder “clavarte un puñal”

“hablando mal por la espalda”

y a tu jefe envenenar.

 

Varios grupos dando vueltas

que trabajan  poco y nada

pendientes del “cruel horario”

y decir “hasta mañana”.

 

Y en secreto te diré

una fórmula segura:

muchos gallos, pocos indios

y aquí, ya nadie labura.

 

Con tanta  gente en la calle

sin comida  y sin trabajo...

mi pregunta simple es:

¿Cómo caímos tan bajo?


Cualquier parecido con lo real...

es sólo coincidencia

 

Alicia Santi