Roberto Moran

Viernes.

Hoy yo no soy el que escribo

Pero mi mano guía la pluma

Hoy yo no soy el que pinto

Pero mi mano es la que mueve el pincel

Hoy yo no soy yo

Pero mi cuerpo si lo es.

Hoy no desperté cuando salió el sol

Pero mi cuerpo se levanto de la cama

Anduvo, busco e hizo

Todo lo que yo no acostumbro

Andar, buscar y hacer

Hoy estoy callado

Pero mi cuerpo grita

Mis ojos

Mis manos

Pero ella esta sorda ante todo

Lo que mi cuerpo dice

Hoy mi cuerpo abre una puerta

Que yo hace un tiempo cerré

Hoy mis brazos se abren

Para recibir al pesimismo

Que yo un día despedí con el poema de Benedetti

Hoy raramente escucho

A pesar de todo el ruido

Puedo escuchar

Pero ella enmudeció

Y yo podría morir por una sola palabra

Del valor de la leche materna de Anuket

Hoy mi cuerpo se desborona

En los sitios donde yo nunca lo haría

Hoy la noche no es negra

Como las noches que yo amo

Hoy mi alma llora lagrimas de sol

Que arden en las mejillas y queman al llegar al suelo

Pero mi cuerpo, mi rostro

Ríe y se burla de mi propia desdicha

De mi propia desesperación

De mis propios fracasos cotidianos

Hoy yo no soy el que quiere recordar

Pero mi cuerpo me muestra todas

Sus cicatrices que dictan todo lo vivido

Hoy solo le digo versos de cualquiera

Porque los versos míos no quieren nacer

Hoy el horizonte se ve tan lejano como el ayer

Y el ayer se ve tan mentiroso como un político

Que mágicamente logra engañar al pasado

Mientras el presente idiota grita no volverá a pasar

Hoy yo no quiero creer

Pero mi cuerpo, mi cuerpo

Se refugia en cuanta mentira encuentra

Durmiendo entre cajas en la calle

Durmiendo en las mansiones

Durmiendo en mi cama

Hoy, hoy yo quisiera besar a la muerte

Pero ella no trabaja los viernes.