Amo a todos mis hijos, todos sin distinción
Yo daría la vida, por su felicidad;
Y ésta no es una pose, sino amor de verdad,
Entrega y sacrificio, ternura y comprensión...
Amo a todos mis hijos, todos son distinción
Los que tienen mi sangre, los que tienen mi amor;
Los que me dio la vida, los que me envío el Señor:
A todos mis amigos con la misma pasión;
Yo daría la vida por su felicidad,
Todo lo entregaría sin siquiera dudar;
Pues ellos son los frutos del talento de amar
Me han entregado todo con franca honestidad;
Y ésta no es una pose, sino amor de verdad,
Amor que se alimenta de saber perdonar
No los males del otro sino para empezar
Nosotros perdonarnos con gran sinceridad;
Entrega y sacrificio, ternura y comprensión
Son los otros talentos para sembrar amor,
Siempre misericordia para sanar dolor
Y gran sabiduría en nuestro corazón…