Saberte era mi destino
Ropa de mi desencanto
De mi pérfido capricho
Quererte fue una palabra rara
A fin de cuentas, nunca fue siempre
Saberte fue un sino despreciado
Y armé candelas de noches tenues
Decisión que pagaré en largos años
He crecido, debo agradecerte
Tu dolor me hizo otro,
Creo habértelo pagado
A pesar de mi fui condenado a todo
En vida supe lo que es la muerte
Pero siempre nos queda una revancha
Estamos en una corta novela sin etapas
Subimos a escena y no hay tregua
Queda poco por hacer
Pero aun queda