Tu mirada clava un cuchillo afilado en mis entrañas,
Tus palabras rasgan mis ilusiones
Tus gestos rompen los recuerdos de tus caricias,
Tus golpes quiebran los espejos de mi alma,
Alma que un día se unió a la tuya juramentando
Un amor que iríamos cultivando.
No sabía que tenías tantas mañas,
Mañas ocultas, tras tus lindas atenciones.
De nuestros primeros años, no quedan ni las caricias,
Todo se lo llevó el ladrón de sueños, el ladrón de calma.
Los celos enfermizos,
Los celos asesinos,
Los celos que acabaron con el amor
Que un día hubo entre los dos.
Hoy solo queda una nube turbulenta,
Tan grande y violenta.
¿Qué nos pasó?... no lo entiendo,
Sólo sé… que en este manto de hojas secas,
ya nada siento.