\"Escribo porque es mi pasión,/porque de eso me alimento,/ porque al escribir el corazón/ sabe que nunca le miento\".
Cuando en las letras está la vida,
cuando encuentro la esperanza que respira
y me dice que estoy vivo.
Cuando siento que va quedando
en el alma lo que voy expresando
en cada poema que escribo.
Cuando la noche de nuevo llega
y nada en mi persona se niega
otra vez en letras a expresarme,
siento que el proceso empieza,
que con mucha alegría o tristeza
procedo a dibujarme.
Que efectos de mi lejana infancia,
-el alma no conoce de distancia-
están dejando secuelas en todos mis días.
Voy cada noche escribiendo mis verdades,
mezclando con locura o cordura mis realidades
con las más ocultas fantasías.
Tal vez escribo para yo mismo conocerme
pues con lo escrito no he podido convencerme
de ser lo que pretendo ser...
Para expresar ideas más ambiciosas
hacen falta siempre algunas cosas
y no basta sólo con querer.
He pensado a veces en este hábito dejar
y tantas páginas en mi vida pasar
encerrando ahora mi vida en el mutismo,
pero la verdad es que he podido notar
que sería como dejar de respirar
y dejar de ser yo mismo.
Me golpeó dos veces un sentir de luto,
por momentos un vacío absoluto
fue lo que en mi vida prevaleció
y pensé colocando en balanza mis dolores
en decirles “bueno señoras y señores,
hubo una vez alguien que más nunca escribió”.
Pero ya ven, no tengo la manera de detener
este querer dar, este querer ser
ni quitarle intensidad a lo que digo.
Porque escribo de mis vivencias, de mis emociones,
de tantas inolvidables sensaciones
que en el alma viajan conmigo.
Cuando ya no tengo manera de parar
y las letras salen, se me quieren escapar
y corren como locas en su huida,
no me queda otra que rendirme
y simplemente entregarme, decidirme
a escribir toda mi vida.
Que soy un poeta me dicen personas amables,
otras en mis versos se ven y se sienten culpables
y preferirían tal vez que dejara de hacerlo
hay a quienes agradan mis letras, mi voz,
cuando hago referencia a Dios
y creen que puedo sentirlo y verlo.
Sí, a Dios aquí tenía que mencionar
porque sólo a Él lo puedo culpar
de este hábito de escribir, escribir y escribir.
Con eso nací, con eso mismo me formé,
bendición de Dios que desde siempre adopté
como mi manera más genuina de vivir.
Perdonen lo largo en mi poema de hoy,
pero en momentos como éstos estoy
pensando en cosas que mis letras dijeron
y las letras continúan, vienen y van,
dedicadas a quienes conmigo están
y en memoria de quienes se fueron.
Poema original de Álvaro Márquez
Venezuela
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19/9/2013