Desde que llegaste a mi callejón sin salida,
se encendió una luz en mi vida…
de emociones encontradas, de salidas sin entradas…
no conocí la tristeza, hasta la tarde que dijiste adiós….
Se de la soledad, aquella que deja heridas incurables en el alma,
y no encuentra paz en ningún rincón de la tierra…
Desde que llegaste con tu rostro angelical y sonrisa desencajada…
Mis esquemas se esfumaron, mis ideas se incendiaron…
mi vida se hizo un alboroto, y mi corazón termino roto…
Desde que llegaste comencé a sentir frío,
se derrumbo el escudo que protegía mi hastió…
Comenzó a crecer mi vanidad y por arte de magia conocí la eternidad…
Desde que llegaste, nunca lo recordaste,
a no sobrevivir nunca me enseñaste,
para no sentir,
ese gran vacío cuando aquel amanecer, te marchaste…