Anduve por horizontes lejanos
entonando cantos, realizando bailes;
siempre tomado de su mano…
Esa es mi sombra de luz y aire.
Es mi sombra de aire y letras
que acompaña mi camino;
con ella subo la cuesta,
con ella el sendero sigo.
Es mi inseparable espectro
que tiene alma y corazón,
sombra que siempre encuentro
con infinita emoción.
Sombra que dormita,
entre bosques enramados,
es doblemente infinita
cuando la siento a mi lado.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo - Venezuela