Claro que leí tus versos,
y declaraciones de amor,
no sé qué esperas diga,
conoces mi posición.
Aunque me siento halagada,
no despiertas mi fervor,
te he querido como hermano,
desde que tengo razón.
“No debes quererme” dices,
“yo lo haré por los dos”.
Eso es tan degradante,
una blasfemia de amor.
Si no te correspondo
y sumados damos dos
es hora de que deseches
esa imposible pasión.