Decepcionado de ti, por tus olvidos... Por aquellas promesas rotas, que se fueron sin hacer ruido. Por quebrantar mi corazón, tan lleno de anhelo. Y ahora yazco bajo una tristeza, tan fría como el hielo. Mis lágrimas derramé, en vano intento de calmarme. Pero ni el tiempo, ni las personas, pudieron a mi sanarme. Vago sin sentido alguno, buscando la dicha felicidad. Y en medio de largos caminos, sólo encuentro necedad. A dios le pido ayuda, para aliviar mi gran dolor. A dios le pido ayuda, para encontrar en tus brazos... de nuevo el amor.