Aquella mañana al parecer tus zapatos tenían afán,
las señales que te daba mi piel encontraban un fondo de dolor.
Tus labios me señalaron un afilado adiós,
mi boca buscaba beber un poco de brevedad,
un instante mas con tu anatomía.
Buscabas sigilosamente la puerta,
no sé si era tu interior quien era atraído por la luz del día
o eran tus zapatos que tenían afán.
*-* Miguel Espíndola *-*