No sé si nací con la «necesidad de amar»,
Pero me ha perseguido este frio de la soledad;
Un frio dentro de mí
Que busca en cualquier boca abrigar mi alma,
Abatida, sedienta de amar.
Me estorba mucho esta necesidad,
Porque siempre me toca una mirada prohibida;
Unos ojos lejanos, unos ojos ajenos,
Unos ojos distantes.
Entonces quiero despertar
Y no pensar en el espacio vacío de mi cama,
En el cabello ausente en la regadera,
En la taza de café polvorienta
Que no tendrá nunca tus labios.
No quiero pensar en ti
Y tu silueta perfecta de dos colores
Piel y cabello,
Alma y cuerpo.
No deseo más recordarte
Tan vacío de malos momentos
Porque los momentos “malos”
Son tan perfectos cuando son memorias.
Porque tanto tus risas como tus llantos
Llenaron mis entrañas de «necesidad de amar»
Que solo tú me diste,
Que no me puedes arrebatar.
Porque a lo largo de este poema
He comprendido que no nací con la
«Necesidad de amar»
Nací con la necesidad de «ser amado»
Pero tú revolucionaste mi concepto
Te encarnaste en mí y decidiste no salir,
Penetrando mi interior.
Entonces renací
Y fui nuevo en tu carne,
En tus pensamientos, en tu voz,
En tus labios, en tu corazón.
Y comprendí que no nací con la
«Necesidad de amar»
Nací con la necesidad de «ser amado»
Pero tú me enseñaste que amar es entregar.
Noel Cruzamor