Te vi, sí, ahí sentada
en la plaza.
Donde un corazón adornado en plata
veía a la soledad
frente al café de Tacuba;
el ambiente del teatro
el más fuerte ruido hacia,
tan lejos eras, si contaba con metros.
Dos grises y tristes
palomas volaron
rumbo a catedral,
Y sus cantos en los huecos retumbaron.
Te vi, sí, ahí sentada
en la plaza.
Donde el día gris
cubría tu piel, de pies a cabeza.
El triste payaso que actuaba
en busca de una moneda
me hizo bajar la cabeza,
pues mientras él buscaba una moneda,
y las palomas un refugio,
yo, solo una mirada tuya
que calmara mi frío.
Te vi, sí, ahí sentada.
Donde un corazón adornado en plata
veía la soledad en el café de Tacuba,
el payaso sonreía al verme,
en tu rostro una leve sonrisa se marco
pero me viste y te marchaste,
la sonrisa que yo tenía pintada
aguantó el dolor de tu caminata.
El payaso que actuaba
no ganó una moneda.
Yo con una lágrima contemplaba
como te alejabas de la plaza
donde te vi sentada.
ANDRES SARELLANO MTZ