Hay caricias ocultas en tus ojos
Cuando se cruzan con los míos
Hay caricias escondidas
En la tibieza de tus manos
cuando me rozan apenas
antes de huir de mi contacto.
Hay caricias en tu voz
ocultas en palabras breves,
en los saludos apurados,
en el humor apenas insinuado
cada vez que conversamos.
O tal vez no sea cierto.
Quizás sean solo fantasías
que invento ingenuamente
porque deseo que me ames.
Tal vez no sea cierto
la caricia de tus ojos,
tus manos, tus palabras...
Pero sí lo fue aquel beso
en la mano, al despedirme.
Tu beso de caballero andante
de hombre antiguo,
de ser de otro planeta,
y tu mirada acompañándome
como una mano tibia
acariciando mi espalda.