Donaciano Bueno

Romance del perrito fiel

Un dia de enero,

al amanecer,

sacaba el cabrero

el rebaño a pacer.

 

Contaba las cabras

todas una a una

para que ninguna

se pudiera perder.

 

Oscar, el perrito

con mucho salero

marcaba el sendero

que habia que coger.

 

Durante el trayecto

que juntos andaban

el cabrero silbaba

a su perrito fiel.

 

Oscar obediente

saltaba y brincaba

y raudo obligaba

al redil a volver.

 

Lindas campanillas,

el cencerro hacía el bajo

golpeando el badajo,

al saltar y al correr.

 

Llegado al terreno

donde ellas pastaban

ambos reposaban

hasta atardecer.

 

Del monte al cortijo,

y así día a día,

la monotonía

llego a aborrecer.

 

Un dia el cabrero

mientras descansaba

en alto soñaba

el rebaño vender.

 

Venderé las cabras

pensaba el cabrero

y con el dinero

que he recoger

montaré un negocio

en la capital

y allí el capital

haré yo crecer.

 

Mientras dormitaba

Oscar escuchaba

en silencio, y callaba

 con miedo a creer.

 

Fué tanto el impacto

que desde ese día

la melancolía

invadió su ser.

 

Oscar meditaba

y se entristecía

qué futuro habría,

comenzó a temer.

 

Un dia el cabrero

por más que buscaba

a Oscar no encontraba

al anochecer.

 

¿Oscar, donde estás,

gritaba el cabrero,

está anocheciendo

y vamos a volver?.

 

Mirando a lo lejos

en un escondrijo

encontró un cobijo

a Oscar creyó ver.

 

Se acercó silente,

le cogió en sus brazos

 y vio en su regazo

que iba a fenecer.

 

Con gran desconsuelo

le cerró los ojos

irrumpió en sollozos,

y se puso a llover.

 

Hizo un pequeño hoyo

con sus propias manos,

con gesto cristiano

tierra empezó a verter.

 

Desde aquel entonces

en el mes de enero

vuelve allí el cabrero

a su amigo a ver.

 

\"Recuerda mi amigo,

mi fiel compañero,

que nunca el dinero

me hará ya olvidar,

la vida contigo,

el mismo sendero,

de pena me muero

y me pongo a llorar\".

 

En ese lugar,

junto a ese camino

donde Oscar reposa,

ha brotado un pino

con forma de rosa,

como si el destino

quisiera dar sombra

y así perfumar

a este fiel amigo