Ajena Prohibición
¿Qué estratosfera de tu aliento me permitirás recorrer?
¿Qué colinas de tu cuerpo podré labrar?
Dime, si en tus ojos insinuaciones descubriré,
si en tu mirada sugerente fantasías encontraré.
Me has incitado el cerebro a escavar tus espaldas,
y a las huellas de mis dedos le has dado influencia.
Todo es nuevo, nada es estático ni sombrío,
todo es ávidamente absurdo, pasión y rareza.
Haz desatado los nudos a mi subconsciencia,
me he quedado sin defensas a esa férrea prohibición,
armando de sueños, palas y pinceles al alma
cual se arrima a un indisciplinado corazón.
Permíteme explorar el territorio de esas sabanas,
para delimitar los aromas de tu cuello.
Así borrar los límites de ese yacimiento
que me agita a acentuar sus bajadas y ascensos.
¿Qué me comunican tus labios y tus ojos?
¿Porque se acomoda de esa forma tu cuerpo?
No te sorprendas si mis ojos se tornan caprichosos,
cortos mis latidos y dicotomía los suspiros.
Hoy más que nunca se añangotan mis besos,
a las riberas de tu inmaculada superficie.
Pues vas hilando tu imaginación a la mía
para que hoy lo que es ajeno se codicie.
Daniel Badillo