Murialdo Chicaiza

GÒTICO II

   

Mis memorias hoy de blanco y negro

sobre el telón de la nostalgia arrimadas

en las hojas de algún otoño sin tempestades

que huye de los espacios apenas habitados:

hilos de marismas, olas de silencios

órbitas de mundos que padecen sismos.

Las muertes que nos acechan

y  que las sentimos como si ajenas

e intentamos espantarlas con tristes alegrías.

Seres perdidos en los torbellinos

de pétalos inasibles, nieves sin fuego.

El tiempo es ese ser que nos destruye

ese hálito perenne que nos ahoga

mas allá de los destrozos y las ruinas,

el tiempo es lo concreto, el pasado

que ya no existe, que imaginamos.

Y llegará el día, tan solitario y carente

de todo atributo, de todo milagro

en el que un musgo translúcido

cubrirá nuestra solo alma,

allí, al final, al fin, quizá solo tú,

estarás para despedirme, amada.