David Enrique Gómez Cáceres

SEMPITERNAS LLOVIZNAS

Ciñen mi esencia alas cerradas de agrias dolencias

tomo del tiempo los segundos más claudicables

vuelco mis sueños sobre penumbras borrascosas

distiendo mi efigie ante la intemperie del deseo.

 

Calco mis ojos en el lienzo de sempiternas lloviznas

pulo mis pómulos para promulgarlos causes eternos

de finos cristales destilando esencia de fragilidades

de las beldades transmutándose en padecimientos.

 

Libo el acíbar ardor de las tentaciones que auguran

desde las entrañas palpitando voraces amaneceres

desde los tormentos remojando el corazón en llaga

desde los silencios que atenazan y ahogan el sonido.

 

Salto al sartén aún siendo del clavel tierno capullo

clava mi pecho el puñal blandido entre mis manos

hiendo el senil espacio que expande dimensiones

brotando el caudal rozagante de la roca aridecida.

 

Porque el fruto del temor y del embravecido celo

es dejar en abandono toda cría hambrienta y fría

rogando silente la estrella ser crisálida de olvido

transformando la noche en azote de cada mañana.

 

Por: David Caceres

      Managua, Nicaragua.