Estoy empezando a tener miedo
a aquella flor que inicia su florecimiento en mi pecho,
casi me duelen sus raices
aterrizadas en mi corazón.
casi me duelen sus petalos,
delicados en mi voz.
Dicen, : te quiero.
y la flor quiere marchitar,
temo a la semilla,
y al agua: Tu,
que la quieres regar.