Eramos dos niños de doce años
Solos en aquel aula
Cogidos de la mano
Sin saber que tras ese día
Ya no volveríamos a encontrarnos,
Hasta que pasaran otros veinte años...
20 años...
En los que nunca habíamos olvidado
El suave tacto de nuestras pequeñas manos...
Nos sentíamos predestinados...
A pesar que no sabíamos nada el uno del otro
Y aunque alguna que otra vez habíamos amado...
No sabíamos porque nunca había funcionado.
Y finalmente una noche de Agosto
bajo la luz de luna
En aquel parque abandonado
Tras veinte años separados.
Volvimos a cogernos de la mano
Para esta vez,
para jamás soltarnos.