Domingo de cielo azul que nos bendices,
de vientos apacibles, sin nubes grises,
de flores que sonrientes nos rodean.
De miradas amables, de gente risueña,
de un niño que juega, que despierto sueña,
de ángeles que nos ven y deseamos que nos vean.
Domingo que nos regalas horas de sol, de calma,
que nos permites respirar y elevar el alma
y dar gracias porque otro día más estamos vivos.
Día de parques llenos, donde diversión es el tema,
ambiente ideal para escribir un poema
y saber que están en el corazón los motivos.
Domingo de ver películas, una que me llenó
fue la película de mi vida, la protagonizaba yo
y estaba llena de momentos muy especiales.
De razones hermosas y profundas para vivir,
de tantas palabras maravillosas por decir,
santo remedio sin duda, para todos los males.
Domingo de pensar en ti, día para abrazarte,
de hacer del amor el más precioso arte
en honor a lo que es tu sonrisa, tu mirar, tu voz.
De besar tus manos y bendecirte siempre mujer
y cerra los ojos por un momento y entender
por qué “domingo” se escribe con D de Dios.
Poema original de Álvaro Márquez
Venezuela
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22/9/2013