Nada el espíritu herido
por tu memoria enredada
entre atajos sinceros y amargos tragos de ansias,
nada el espíritu herido
entre tus manos, empuñando la espada
del hiriente pasado triste y el presente somnoliento
que tortuoso busca el futuro que yace entre tus hojas
de libros que no han leído, de libros que quema el viento,
nada el espíritu herido
entre llantos de cigarras y cantos del horizonte
que doblegan hasta el alma
del trovador duro, cauto, recio,
nada el espíritu herido
entre alas de arrogancia y plumas en jaulas de oro
entre bondades y coros, entre púas y autores
sin vacilar un momento
sin caer en el desierto de tus quejas, de tus penas,
de tus altares de truenos, de tus altares de besos,
nada el espíritu herido
por tu memoria enredada….