Esta es la hora que tu no sabes a nada,
como el agua, así, tambien de entre mis dedos
te dejé correr libre...como el viento.
Deje que te salieras tu cauce y te alimenté
con nubes grises que no sentiste
y la canícula arideció el campo
silvestre do corrias y tu arrulllo
cantaba a mi oído.
Ahora en saxatiles nació otro ser pétreo,
losal, que no te espera ya
aunque sabe que no vendrás.
Nada cruza el espacio donde las mariposas
de tu vientre esparcian color, y los peces
dorados de mi alma se empapaban de tu agua
y tu los sacabas para besar mis poros.
Fuiste riachuelo, río, riazo y te vanagloriaste
tanto que el mar de mi amor
no pudo contener el ímpetu de tu creciente,
que ahogó el verde y sumergió la alegría
aflorando la melancolía, pero, en ésta hora
que no sabes a nada como el agua,
eres agua que llenó mi ser de recuerdos,
porque aún en ésta hora que no te pertenece
me das vida como el agua aunque
de entre mis dedos huyeras
evaporando el presente
y dejandome sin mañana.